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miércoles, 14 de marzo de 2012

Los Franco no pueden evitar la inspección del Pazo de Meirás

El pazo de Meirás / EFE-Archivo 

El Tribunal Supremo (TS) ha desestimado el recurso con el que Carmen Franco Polo, hija del dictador Francisco Franco, pretendía evitar las inspecciones de la Xunta al Pazo de Meirás, el palacio que fuera residencia de verano del ‘caudillo’ pero que forma parte de los bienes de interés cultural de Galicia. Los Franco conservan en cualquier caso el disfrute casi exclusivo del Pazo, un 'regalo' en su día del pueblo gallego al dictador.
Carmen Franco presentó un recurso de casación contra la resolución de la Consellería de Cultura de la Xunta de 23 de agosto de 2007 por la que se comunicaba la visita pública al pazo de Meirás a la semana siguiente con fines de inspección. Ya en 2010 el alto tribunal desestimó otro recurso de la familia Franco contra el acuerdo de la Xunta que declara Bien de Interés Cultural el Pazo de Meirás, en Sada (A Coruña), una medida que implica la apertura al público de la instalación durante cuatro días al mes.
Nuevo revés para los Franco
De esta manera, los tribunales han vuelto a fallar contra la familia Franco, después de que ésta presentara varios recursos contra el decreto del Gobierno gallego. En la sentencia que valida el derecho de la Xunta a inspeccionar el Pazo se recuerda que “la ley otorga a la administración competente tal facultad o potestad de realizar visitas de inspección para la defensa de su patrimonio”. Además de fallar en su contra, el Supremo obliga a Carmen Franco a pagar las costas del proceso.
Patrimonio cultural gallego…
El Pazo de Meirás, regalo del pueblo gallego a Francisco Franco tras la Guerra Civil, fue residencia de verano durante muchas décadas del dictador español, que sus herederos conservan como un legado a su memoria. Al respecto, diversas asociaciones sostienen que la entrega del pazo a Franco fue un expolio y exigen su devolución a los ciudadanos gallegos.
… pero con privilegios todavía para la familia
El pazo de Meirás abrió sus puertas al público el 25 de marzo de 2010 tras ser declarado en 2008 como Bien de Interés Cultural, lo que obligó a los herederos del dictador a permitir las visitas tras perder un recurso en el Tribunal Supremo. Pero la familia Franco logró limitar las visitas a un reducido número de estancias, además de imponer la prohibición de tomar imágenes en el interior del inmueble.
Las esculturas románicas originarias del Pórtico de la Gloria
No se trata de la única polémica que rodea al Pazo, aunque quizá las inspecciones de la Xunta puedan arrojar más luz sobre el patrimonio que atesoran los Franco. Y es que por ejemplo la asociación de defensa del patrimonio medieval gallego O Sorriso ha instado por carta a Carmen Franco a devolver dos esculturas románicas que alberga el Pazo. Se trata de dos valiosas escultoras extraídas del Pórtico de la Gloria de la catedral de Santiago de Compostela y que tras diferentes vicisitudes en los siglos XIX y XX también fueron entregados al dictador.

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