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viernes, 11 de abril de 2008

Cien mil peregrinos en el tejado

Álvaro ballesteros


La apertura de las cubiertas de la basílica de Santiago a los visitantes obtiene un éxito de público que sorprende hasta a los integrantes del cabildo compostelano
Autor:
Ramón Loureiro
11/4/2008
Desde que en agosto del 2004, en vísperas de que culminase la Peregrinación Europea de los Jóvenes, se abrían al público las cubiertas de la catedral de Santiago, son ya más de 100.000 -en realidad la barrera de los cinco ceros se alcanzó el lunes- las personas que han visto desde lo alto uno de los más emblemáticos templos de la cristiandad. El lugar en el que finaliza el Camino por antonomasia. Allí está la Cruz dos Farrapos, en la que la tradición, siempre tan dada a dejar que la imaginación vuele, sostiene que los peregrinos colgaban las vestimentas destrozadas por el viaje. Y está, sobre todo, una de las más extraordinarias visiones que Galicia ofrece: la de la ciudad que fue creciendo a los pies del templo que custodia el sepulcro del apóstol Santiago.
El deán de la catedral compostelana, José María Díaz Fernández, quizás uno de los hombres que mejor conocen la casi secreta simbología de una basílica cuyos constructores, a lo largo de los siglos, a veces confiaron más en lo que las imágenes insinúan que en lo que cuentan las palabras, no deja de sorprenderse ante la visión de la ciudad del Apóstol, cada vez que la contempla desde los tejados. «Es cierto que las vivencias -afirma el deán- siempre son personales, que dependen de cada uno, pero no puede negarse que contemplar desde lo alto de la catedral la ciudad de Santiago es una experiencia extraordinaria». Sostiene José María Díaz, con la voz llena de un entusiasmo que no ha borrado el paso de los años, que desde los tejados de la basílica compostelana uno entiende perfectamente que «lo primero fue la catedral», y que postrada ante ella «nació la ciudad de Santiago».
Se emociona el deán, todavía, mirando cómo a los pies del templo, de una basílica «rodeada de plazas por todas partes», la capital de Galicia fue creciendo alrededor de la tumba del santo. «La mayor parte de las catedrales -sonríe el canónigo compostelano, haciendo un juego de palabras- se construyeron para una ciudad; pero aquí, en Santiago, ocurrió exactamente lo contrario: la ciudad se fue haciendo en torno a una catedral que se había alzado antes».
La restauración del Pórtico
Quiere ahora el deán de la catedral, sobre todo, que el pórtico de la Gloria esté restaurado cuanto antes. «Creo -desvela- que los andamios para la restauración se colocarán antes de que este mes acabe. Y en el cabildo deseamos que la rehabilitación pueda estar terminada antes del 2010, del año santo. Pero en estas cosas no puede haber prisas, así que, si lleva más tiempo, lo mejor sería hacer un intermedio en la restauración. ¡No va a pasar el Papa bajo los andamios...!»