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domingo, 14 de septiembre de 2008

Pórtico de la Gloria (14): De Evelino

JOSÉ MARÍA DÍAZ, DEÁN DE LA CATEDRAL DE SANTIAGO

Los minuciosos análisis a punto de comenzar en el Pórtico de la Gloria y en todas y cada una de sus figuras pondrán en evidencia fracturas, retoques y repintes. Ya hay constancia de algunos oros, hasta hace poco insospechados, lo mismo que de ciertas inscripciones cuya letra no puede ser la primitiva... Las preguntas son siempre las mismas: ¿Cuándo? ¿Quién? Lo del "quién" no halla respuesta fuera de la excepción de la que hoy doy cuenta.
Parece normal que en el correr de los siglos, el Cabildo se preocupara del buen aspecto del Pórtico, con las labores de conservación precisas. Pero no hay documentos que den fe. La Catedral de Utrech, por poner un ejemplo, tiene Libros de Fábrica a partir del siglo XIII. Los Libros de Fábrica de la Catedral de Santiago no comienzan hasta el año 1618.
En 1651 nos encontramos con el dato que hace al caso: "A Crispín de Evelino por pintar y encarnar las caras, pies y manos de las figuras que están en la portada principal de esta iglesia que llaman de la Trinidad y las del pilar de mármol en que está la descendencia de la Virgen Nuestra Señora, 950 reales".
No se empleaba la denominación Pórtico de la Gloria, pero de él se trata: "Puerta principal, que llaman de la Trinidad", sin duda por tener enfrente la torre de la Trinidad enmarcada en la desaparecida muralla. De Crispín de Evelino son, por tanto, las encarnaduras de caras, manos y pies, bastante bien conservadas, en Apóstoles y Profetas. ¿Algo más? La imagen de Santiago, adyacente a la de su hermano Juan, aparece singularmente hermoseada. En ella se esmeró especialmente. Oscureció su túnica, adornándola con flores de lis en oro, y resaltó con delicado colorido las cintas y encajes que ondean en su bastón de mando que lo distingue entre todos: está en su casa. Seguramente todo ello se debió al pincel de Evelino.
Algo queda de este mismo pincel en la columna del parteluz, en la que se representa no la "descendencia" sino la ascendencia de María. Naturalmente, la policromía conservada está en la parte superior de la columna, inaccesible a las manos que en ella fijaron los dedos durante siglos.
Por lo demás, de este pintor hay bastantes datos. Alemán de origen (Erfurt, en el arzobispado de Maguncia), se estableció definitivamente en Santiago en 1628, y como feligrés, por extranjero, de la parroquia de la Corticela. Desde 1631 figura como pintor titular de la Catedral, recibiendo numerosos encargos que Pérez Costanti documenta muy bien. Sus últimos trabajos en la Catedral son del año 1651. De su pericia se tuvo conocimiento en otras ciudades de Galicia, como en mi Mondoñedo natal. Allí estuvo a finales del año 1640 interviniendo en el dorado del retablo de la Concepción, con cargo a los esposos Pérez Osorio, en una de las capillas de la girola. El obispo de entonces era don Gonzalo Sánchez de Somoza, antiguo colegial de S. Jerónimo en Santiago y luego con cátedra de Artes en Salamanca. Entre él y Evelino el encuentro debió de ser inteligente y feliz.
Tomado de: http://www.elcorreogallego.es/index.php?idNoticia=342274&idMenu=3