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sábado, 2 de agosto de 2008

Pórtico de la Gloria (9): Tetramorfos

JOSÉ MARÍA DÍAZ

Como en todos los pórticos románicos, la figura de Cristo central - Pantocrator - se ve rodeada por las cuatro figuras de los evangelistas, casi siempre suplidos por sus símbolos: el águila, el toro, el hombre y el león. Son las cuatro formas expresadas por la palabra griega tetramorfos. En el Pórtico de la Gloria las figuras de los evangelistas se ven acompañadas por los respectivos símbolos, con la única excepción, que enseguida explicamos. Vienen a convertirse en apropiados pupitres: el evangelio de Juan descansa sobre el águila, y el evangelista desliza su pluma. Y lo mismo, los restantes.
Que los evangelistas circunden gloriosamente al Cristo triunfador, parece, a todas luces, lo más propio: ellos son los narradores de su gesta, ellos siguen transmitiéndonos sus latidos y el correr de sus pasos movidos por el viento. Pero ¿por qué tales símbolos? ¿Qué tiene que ver Lucas con el toro, Marcos con el león o Juan con el águila? La respuesta nos viene dada, ateniéndonos, como ya lo hicieron algunos Santos Padres, a la página inicial de cada evangelio. Juan se remonta a las alturas de la eternidad del Verbo: In principio erat Verbun. Es como el águila que se eleva hasta cernirse sobre las plumas de los vientos. Lucas da comienzo con la escena relativa a Zacarías, padre de Juan Bautista que ofrece en el templo el sacrificio de toros en su condición de sacerdote de la antigua ley. De ahí lo del toro, que en nuestro Pórtico le hace de pupitre. A Marcos le corresponde el león, mil veces gloriosamente esculpido como símbolo de la República de Venecia, poseedora del cuerpo del evangelista: San Marcos de Venecia. Comienza su evangelio con la figura del Bautista que sale a predicar desde el desierto, dominado por el león?Nos queda Mateo, que tiene como símbolo la figura de un hombre, por comenzar el evangelio con la genealogía humana de Cristo? Pero Maestro Mateo hizo aquí una excepción. No le pareció oportuno esculpir una figura humana sumándola a una trilogía zoológica?Prescindió así del símbolo y prefirió atenerse, como dato identificador, al oficio de Mateo cuando Cristo lo llamó: era cobrador de tributos. La solución venía dada: Mateo tiene sobre sus rodillas una caja de caudales, pequeña mesa sobre la que escribe con contagiosa placidez. No sé si en algún otro pórtico románico se registra lo que consideramos una singularidad de gran artista. Desde luego en ningún conjunto escultórico o pictórico de los reinos de León y de Castilla hay una muestra semejante.
Sabido es, por lo demás, que la inspiración de Mateo, sobre todo para el tímpano central, arranca en gran medida de la visión del Apocalipsis, muy claramente referible a nuestro caso en los primeros versículos del capítulo cuarto, que tiene sus precedentes en la visión del profeta Ezequiel. Hoy, además, aumentan sin cesar las investigaciones bíblicas cifradas en los estudios comparados con la literatura y el arte de Mesopotamia y Egipto. Así, los símbolos de nuestros evangelistas también se ven ilustrados con referencias extrabíblicas. Pero atengámonos directamente a lo que Mateo nos pone ante los ojos. Los datos elementales resultarán nuevos para no pocos. Una vez más, cuestión de catecismo.
Tomado de: http://www.elcorreogallego.es/index.php?option=com_content&task=blogsection&id=6&Itemid=9&idMenu=3&idNoticia=329040